HIPOTECA ENERGÉTICA
A la hora de comprar un piso, miramos el precio del inmueble
y lo que nos va a costar el crédito mensualmente con sus posibles variaciones
de tipos.
Se valoran muchos aspectos en la compra del piso: metros
cuadrados, orientación, precio, etc…
Sin embargo, rara vez el comprador pone especial interés en
el coste de calentar (y también de enfriar la vivienda). Estos costes
energéticos dependen básicamente del tamaño del inmueble y del aislamiento
(bueno o malo) que se haya incorporado durante su construcción: aislamientos en
paredes envolventes, ventanas y techos.
Como sabemos, el coste de la energía es cada vez mayor y por
tanto, los costes de calentar nuestra casa en invierno cada vez son mayores,
hasta el punto de que hay meses en los que el propietario paga tanto por su
hipoteca bancaria como por el coste de la calefacción; de ahí que en Arelia
hablemos de hipoteca energética del
inmueble que, a diferencia de la bancaria, la primera dura de por vida y es creciente.
Según el IDAE (Instituto
para la Diversificación y Ahorro de la Energía) , el 50% de las viviendas
estudiadas tienen clasificación energética E,
y el 23% tienen G, ambos representan
niveles muy pobres de aislamiento con una hipoteca energética alta de por vida.
Únicamente, el 4% de las viviendas estudiadas en España son clase A, B ó C;
La conclusión que sacamos en Arelia es simple: En España
construimos mucho y de mala calidad, pensando más en el beneficio de la
promotora que en la calidad de la vivienda. Es triste constatar cómo, la eficiencia
energética no es algo que haya importado demasiado a los promotores
inmobiliarios.
Ahora bien: Si cuando vamos a comprar un electrodoméstico,
buscamos la etiqueta A, ¿por qué no somos igual de exigentes al comprar un
piso? Teniendo en cuenta que son DOS
las hipotecas que estamos asumiendo,
el comprador debe ser muy cuidadoso no sólo con las condiciones financieras del
crédito sino también con el aislamiento térmico de la vivienda.
En estos momentos, se estima en 1.200.000 viviendas por
vender entre SAREB e inmobiliarias de bancos, todas ellas construidas con el
CTE (Código técnico de edificación) antiguo, del año 2006 en el mejor de los
casos, por lo que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la eficiencia
energética de toda esta gran bolsa de viviendas es deficiente o muy deficiente,
por lo que la hipoteca energética
que vamos a soportar de por vida al comprar uno de estos inmuebles va a ser muy
alta.
Afortunadamente, el CTE del 2013 y posteriores han supuesto un avance inmenso en eficiencia energética (aislamientos, envolventes, ventanas, cristalería, etc…) y los técnicos consultados están todos de acuerdo en que las viviendas construidas del 2013 en adelante se están haciendo con unos niveles de aislamiento jamás vistos en España hasta la fecha. La lógica y el sentido común finalmente se imponen.
En Arelia, nos dedicamos cada vez más a implantar sistemas de control de gasto energético y sabemos lo tremendamente rentable que es a medio
plazo controlar y reducir consumos de energía. El esfuerzo económico hay que
hacerlo para erradicar despilfarro energético, pero el rendimiento queda ahí
traduciéndose en menores gastos
de por vida.
de por vida.
Por tanto, desde Arelia hacemos hincapié en la necesidad
imperiosa de buscar la máxima eficiencia energética para reducir consumos: "cada
watio cuenta". Y entendemos así que es completamente desaconsejable la
adquisición de este tipo de viviendas construidas en los años de la burbuja o
en años anteriores por su pésima eficiencia energética. Tengamos siempre
presente que cuando adquirimos una vivienda no es una hipoteca la que estamos
firmando sino DOS.
Arelia, gente que sabe lo que hace
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