miércoles, 14 de diciembre de 2016

Hipoteca energética



HIPOTECA ENERGÉTICA

A la hora de comprar un piso, miramos el precio del inmueble y lo que nos va a costar el crédito mensualmente con sus posibles variaciones de tipos.
Se valoran muchos aspectos en la compra del piso: metros cuadrados, orientación, precio, etc…

Sin embargo, rara vez el comprador pone especial interés en el coste de calentar (y también de enfriar la vivienda). Estos costes energéticos dependen básicamente del tamaño del inmueble y del aislamiento (bueno o malo) que se haya incorporado durante su construcción: aislamientos en paredes envolventes, ventanas y techos.
Como sabemos, el coste de la energía es cada vez mayor y por tanto, los costes de calentar nuestra casa en invierno cada vez son mayores, hasta el punto de que hay meses en los que el propietario paga tanto por su hipoteca bancaria como por el coste de la calefacción; de ahí que en Arelia hablemos de hipoteca energética del inmueble que, a diferencia de la bancaria, la primera dura de por vida y es creciente.

Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) , el 50% de las viviendas estudiadas tienen clasificación energética E, y el 23% tienen G, ambos representan niveles muy pobres de aislamiento con una hipoteca energética alta de por vida. Únicamente, el 4% de las viviendas estudiadas en España son clase A, B ó C;
La conclusión que sacamos en Arelia es simple: En España construimos mucho y de mala calidad, pensando más en el beneficio de la promotora que en la calidad de la vivienda. Es triste constatar cómo, la eficiencia energética no es algo que haya importado demasiado a los promotores inmobiliarios.
Ahora bien: Si cuando vamos a comprar un electrodoméstico, buscamos la etiqueta A, ¿por qué no somos igual de exigentes al comprar un piso? Teniendo en cuenta que son DOS las hipotecas que estamos asumiendo, el comprador debe ser muy cuidadoso no sólo con las condiciones financieras del crédito sino también con el aislamiento térmico de la vivienda.




En estos momentos, se estima en 1.200.000 viviendas por vender entre SAREB e inmobiliarias de bancos, todas ellas construidas con el CTE (Código técnico de edificación) antiguo, del año 2006 en el mejor de los casos, por lo que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que la eficiencia energética de toda esta gran bolsa de viviendas es deficiente o muy deficiente, por lo que la hipoteca energética que vamos a soportar de por vida al comprar uno de estos inmuebles va a ser muy alta.

Afortunadamente, el CTE del 2013 y posteriores han supuesto un avance inmenso en eficiencia energética (aislamientos, envolventes, ventanas, cristalería, etc…) y los técnicos consultados están todos de acuerdo en que las viviendas construidas del 2013 en adelante se están haciendo con unos niveles de aislamiento jamás vistos en España hasta la fecha. La lógica y el sentido común finalmente se imponen.

En Arelia, nos dedicamos cada vez más a implantar sistemas de control de gasto energético y sabemos lo tremendamente rentable que es a medio plazo controlar y reducir consumos de energía. El esfuerzo económico hay que hacerlo para erradicar despilfarro energético, pero el rendimiento queda ahí  traduciéndose en menores gastos
de por vida.

Por tanto, desde Arelia hacemos hincapié en la necesidad imperiosa de buscar la máxima eficiencia energética para reducir consumos: "cada watio cuenta". Y entendemos así que es completamente desaconsejable la adquisición de este tipo de viviendas construidas en los años de la burbuja o en años anteriores por su pésima eficiencia energética. Tengamos siempre presente que cuando adquirimos una vivienda no es una hipoteca la que estamos firmando sino DOS.

Arelia, gente que sabe lo que hace


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